miércoles, 13 de mayo de 2009

Suicidios ejemplares. Caso 724.


El señor Antonio Hugo de las Mercedes Iribanarreagonochea Gómez de la Cárcora Benitex aprovechó la concentración del sacerdote, mientras pronunciaba su nombre, para extraer del bolsillo de su frac una píldora de suicidio y colarla astutamente entre sus dientes. La muerte se produjo a las 19.26 horas del sábado 14 de enero, en el momento exacto en que el señor Iribanarreagonochea pronunciaba la letra “q” de la frase “Sí, quiero”.

(Un humilde homenaje a un no tan humilde autor llamado Vila-Matas).

No hay comentarios: