Graham Green dijo:
Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo hacen los que no escriben, no componen o pintan para escapar de la locura, la melancolía y el miedo inherentes a la condición humana.
David Lodge reflexionó, años después:
La realidad es que la mayoría de las personas sobreviven sin ser artistas, así que quizá los artistas sean inevitablemente neuróticos o maníaco depresivos (hay suficientes evidencias para sostener algo así) que tienen el privilegio de convertir una experiencia negativa, como quedarse sordo, en algo positivo, una obra de arte que puede proporcionar placer a otros semejantes y aumentar su autoestima. Eso si la obra triunfa, porque si fracasa sólo servirá para empeorar la situación inicial del autor.