martes, 2 de junio de 2009

Las palabras también mueren



Hace un par de meses me surgió el antojo de indagar en aquellas palabras que las circunstancias han determinado su fecha de defunción. Así, tras un sesudo análisis, pude determinar que cada día catorce palabras pasan a mejor vida. Recuerdo que, cuando leí el párrafo de las conclusiones por primera vez, me restregué los ojos y volví a leer los resultados. Sí: CATORCE PALABRAS POR DÍA DESAPARECEN DE NUESTRO VOCABULARIO... Esto significa que nunca más volverán a pronunciarse en el futuro, y serán reemplazadas por nuevos vocablos que ocuparán el lugar de los antiguos –por tener una fonación más adaptada a los nuevos tiempos–, o bien porque su significante (aquello a lo que refieren) desaparece por completo. Así me topé con fonemas como BIÓGRAFO (el antiguo nombre que se le daba al cine), ENDENANTES (para decir "hace poco") u HOGAÑO (que significa "en este año, actualmente", y es antónimo de la palabra "antaño"). Pero hubo una, sólo una palabra que me causó exactas dosis de ternura, encanto y afán de justicia. Un vocablo que por su construcción, su musicalidad y la posible reticencia a causa de su similitud con otra palabra soez de amplio uso aquí en la península, motivaron a que caiga en el olvido. Me refiero a la palabra...

EMPERIFOLLADO

El susodicho fonema no está registrado de esta manera en nuestro benemérito diccionario de la RAE. Si nos remitimos a su infinitivo, emperifollar, nos remite al (supuesto) neologismo EMPEREJILAR ("adornar a alguien con profusión y esmero").

Pero, qué quieren que les diga, yo prefiero que una maquilladora emperifolle a una modelo antes de que la emperejile. Que una madre se pase toda la mañana emperifollando a su hija el primer día de clases, y que ni se le ocurra emperejilarla; es más, si hace lo último, seguramente sus compañeras se burlarán de ella.

Otra cosa. Como he dicho, seguramente ahora nadie quiera EMPERIFOLLAR a nadie por miedo de olvidarse por el camino las tres primeras sílabas de ésa palabra y genere confusiones irreversibles (la vida, como los ordenadores, lamentablemente no tiene ningún comando CONTROL + Z). Pero si nos remitimos a la etimología de la palabra follar, descubrimos que un músico que toca la gaita se la pasa follando (porque "toca el fuelle" del instrumento). Un niño de tres años también puede follar tranquilamente, ya que es capaz de "soltar una ventosidad sin ruido". Incluso un leñador no hace más que follar y follar todo el día, ya que esta desgraciada palabra también es sinónimo de "talar".

Por tales motivos mi indignación creció debido al ninguneo que sufre la inocente, bella y musical palabra EMPERIFOLLAR. Es por eso que propuse la creación de una plataforma que defendiera a tan inocente fonema. Plataforma que ha sido bautizada con el nombre de ADVESA (Agrupación de Defensa del Vocablo Emperifollar, S.A.), cuya presentación en público se realizó en un conocido local cultural del centro de esta ciudad. En tal ágape hubo discursos, invitados especiales, canapés, champán, vestidos largos que enseñaban la espalda, hombres con frac. Y un salón, como no podría ser de otra manera, absolutamente emperifollado. Lo que no se supo es que, entre tanto espumante, algunos filólogos invitados y destacados lingüistas acabaron cometiendo desmanes de importancia, encendidos por discusiones bizantinas, que si fue debería ir sin acento, que si somos demasiado permisivos con los anglicismos, etc. Se montó una trifulca de dimensiones insospechadas. Un especialista en castellano antiguo se ensañó con una chica de vestido largo, al tiempo que se olvidaba adrede las primeras tres sílabas de la palabra homenajeada. Un licenciado en Filología Anglosajona, por su parte, comenzó a escupir canapés mientras gritaba "¡me las voy a emperifollar a todas vosotras, perras!". Entre otros incidentes e improperios que, por vergüenza, prefiero no reproducir. Finalmente, acudió la Guardia Urbana para disipar a los revoltosos especialistas, que en tal estado de ebriedad, no podían conjugar siquiera el verbo yacer.

Finalmente, la junta fundadora de ADVESA decidió disolver la organización el mismo día que fue creada. Y, acto seguido, decretar la defunción definitiva de esa palabra que tantos problemas causa y causó a la sociedad actual. Por todo esto, tras agudos planteamientos, he obtenido la siguiente conclusión: no podemos forzar el destino. Las palabras, como las personas, también mueren. Así sean catorce, veinte o doce mil seiscientos. Y no hay maneras de hacerlas revivir, por más adornadas con profusión y esmero que estén...

5 comentarios:

anticolometa dijo...

Tengo que decirte que EMPERIFOLLAR no ha muerto del todo. En el lugar de donde yo vengo se sigue utilizando.
Igual que algunas otras que cuando dices en público la gente te mira raro. Ese lugar se llama Cuenca, y es el limbo donde van a parar las palabras antes de morir del todo. En fin, de algo tendría que servir el semi-aislamiento geográfico.

Franco Chiaravalloti dijo...

¡Qué bonito argumento para la continuación de esta historia! Utilizar (y mitificar) a Cuenca como el sitio de peregrinaje de las palabras olvidadas. Y que allí se queden hasta que perecen. Cuenca como purgatorio lingüístico, el bálsamo y el lugar de paz para aquellos vocablos tristes y llevados por el viento, débiles a causa del olvido y el sol de marzo.
Por cierto, tu nickname ¿odio a Rodoreda?

anticolometa dijo...

No, pobre Rodoreda, yo odio a las palomas que viven en mi tejado. Y tengo la teoría de que la culpa de la plaga de palomas de Barcelona la tienen la gente de aquella época, como la Colometa, que criaban palomas sin control y sin pensar en el futuro. En fin, paranoias mías. Te invito a leer mi blog, ahí lo explico: http://algoincoherente.blogspot.com/

Lo de Cuenca va en serio, sobre todo la gente de una edad, tiene un vocabulario muy amplio. Los adolescentes bacalaeros ya no tanto.
Si quieres continuar la historia, estaría bien, la presentas allí y te hacen hijo adoptivo, fijo.

Oye, aprovecho para darte la enhorabuena por tu libro. Lo compré en la casa de los cuentos. Me ha gustado mucho, en serio.

Franco Chiaravalloti dijo...

¡Hey! Tengo solamente una intriga... ¿Quién eres, exactamente? ¿Has estado en la presentación del libro en La Casa de los Cuentos? Ya he entrado a tu blog, de hecho lo he puesto en Favoritos. Pero no encuentro pistas para dar con tu identidad. Muy certeras tus elucubraciones. Y me alegro que disfrutes el cuentagotas que se presiona. Aprovecho para invitarte a la presentación "oficial" en el capitalista Corte Inglés, 9 de julio a las 19. Abraci!

anticolometa dijo...

Sería difícil que dieras con mi identidad, porque no nos conocemos. No estuve en la presentación. Estoy haciendo un taller de narración oral con Numancia y ella nos recomendó tu libro. A tu blog llegué por casualidad, buscando no se qué en San google. (en fín, casualidades).
Gracias por la invitación, pero el Corte Inglés me produce sarpullido. He visto en la programación del Electric que también lo presentas allí, con música y todo. Si puedo, me paso y te saludo.

Ciao,

Marta