sábado, 29 de agosto de 2009

Tres cosas del cine que ya me tiene harto

1.
Las típicas escenas en las que el protagonista recibe una noticia que lo conmociona e, inmediatamente, corre al baño para vomitar. La toma dentro del lavabo jamás enseña ni una partícula del vómito, entiendo que por cuestiones estéticas, pero no sé, al menos que se aprecie un trocito de pizza, un granito de arroz, unas gotas de café recién expulsado de sus tripas manchando el borde del retrete... Y otra cosa que también me sorprende: ¡qué facilidad que tienen para vomitar! Este tipo de escenas suelen ser prácticamente iguales: el personaje recibe la noticia, su estómago se revuelve de forma automática, corre al lavabo, abre la puerta (que, invariablemente, es de esas puertas tipo "Saloon" del lejano oeste que se cierran y se abren con insistencia), mete su rostro casi dentro del retrete y a continuación expele en típico "buooooo", sin siquiera atinar a introducirse un par de dedos en la boca para ayudar a las amígdalas a contraerse; y finalmente, el personaje sale más aliviado y sin una sola mancha en su comisura, sin un trozo de lechuga entre los labios.

2.
Los créditos iniciales que duran una eternidad me parecen una total falta de respeto al espectador. Películas como la tercera parte de "El Señor de los Anillos", "Ed Wood" o "Los bañeros más locos del mundo 2 (La playa loca)", tienen presentaciones iniciales que –en el caso de la primera– llega a durar hasta 10 minutos. Entiendo que sea el momento ideal para demostrar el despliegue técnico y alardear de la creatividad que se verá en unos minutos, ya que el espectador está impaciente por ver el comienzo de la trama y su atención está pendiente de ello. Pero cuando en las salas de cine se ve que la gente empieza a rebufar, hablar entre sí o moverse en la butaca, imagino que en ese momento todo el mundo estará pensando "cuándo empieza la puta película".

3.
Hay veces que tengo muchas ganas de darles una sonora patada en el culo a las personas encargadas de subtitular las películas. ¿Por qué si Harrison Ford dice "you fuckin' piece of shit", en el texto sobreimpreso ponen "maldito bastardo"? ¿O por qué "fuck off, you asshole" se transforma para esta gente en un inocuo "vete al demonio, estúpido"? A esto también se suman omisiones, errores bestiales o transcripciones equivocadas. Estos subtituladores de pacotilla se piensan que porque la gente no domina el inglés se pueden reír de nosotros en nuestras jetas, hasta el punto de, por ejemplo, llamar "El Notas" en lugar de "Dude" a Jeff Bridges en El Gran Lebowsky. ¿"El Notas"? ¿Why don't you stop bother us, you sucker, faggot, cunt, fuckin' pieces of shit?... En este trabajo lleno de desidia e inoperancia, el castigo que se merecen por tan nefasta tarea es que solamente se dediquen a a cortar y pegar las únicas frases que aparecen en las películas pornográficas, ya que su capacidad parece que no da para más. Frases que, en general, se suelen limitar a "cómo me gusta", "sí, chúpamela", "más, más" o gemidos y onomatopeyas guturales varios. Y después, si evolucionan, que vuelvan al ruedo para subtitular películas de Julio Medem.

Hoy fui al cine y salí rabioso. Me cago en el séptimo arte.

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