Phillipe aspiró del porro y apretó el botón Pause. La cinta VHS se congeló y unas rayas atravesaron la pantalla. Estuve a punto de protestar, pero sentí la mandíbula elástica. Phillipe se me adelantó con elocuencia:
–¿Nunca pensaste que en las películas, detrás de la escena principal, allí donde De Niro o Brad Pitt o Billy Cristal discuten sobre sus vidas en un bar lleno de gente y se esfuerzan en respetar el guión, allí detrás, donde conversan todos esos extras, se puede estar desarrollando otra película? Míralos, allí al fondo, esos dos tipos vestidos de negro que beben su café, desenfocados para que sólo resalten De Niro, Pitt o Cristal. Míralos, aparentemente interpretan sus papeles de extras, pero esos dos individuos pueden estar siendo filmados por otro director, puede que se hayan aprendido otro libreto y hablen de mecánica cuántica, y puede que De Niro, Pitt o Cristal sean los figurantes, los rellenos inservibles. Y así puede suceder en cualquier escena, hasta el infinito. Películas dentro de películas, vidas y muertes de progresiva multiplicación, como un laberinto de espejos. –Señaló hacia la ventana de la calle, subió el tono de voz–. ¿Qué tan importante es nuestra vida más que la de aquel viejo que camina ahí abajo, con su boina y su bastón? ¿Es aquel viejo un extra de mi película o yo de la suya?
Me pasó el porro y le dio al Play. Las rayas de la pantalla desaparecieron.
5 comentarios:
Soñé que era una mariposa, al despertar no sabía si era Yo que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa que estaba soñando que era Yo.
Tengo por costumbre sentrme sola a tomar café en una terraza para ver a la gente que pase e intentar imaginar la historia de sus vidas. Yu relato me ha recordado a mí. Me gusta mucho
Una excelente reflexión pero que quizás se excede en el principio jerárquico. ¿Por qué unos debemos ser extras de los otros? Propongo la película total donde el objetivo no enfoca a unos sí y a otros no.
Gracias por este texto, tan preñado de sugerencias.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
Excelente texto que invita a una buena reflexión y a un sinnúmero de opiniones distintas.
Si he de salir en alguna película,antes prefiero ser un extra que se mueve con libertad sobre el escenario que el protagonista al que la cámara sigue siempre con su ojo implacable.
Salut
Muy acertada observación acerca de las jerarquizaciones,pero rara sería la producción que alrevese los protagonismos en el reparto.
Aunque si se trata de desatar la fantasía por si misma,recuerdo un juego que disfrutábamos mucho en cafés al aire libre,hace muchos años antes de que la ciudad de méxico se tornara en una zona de guerra,y que consistía en que los reunidos en la mesa describíamos a que pudiése dedicarse quien venía caminando por la acera a desfilar frente a nuestra mesa ,y nos causábamos gloriosas risotadas al exclamr cosas como ¡Espía industrial!,¡Arquitecto homosexual!,¡Estafador ambulante!;y lo importante del juego era que el personaje embonara con el papel que le asignaba el de la voz.
Todavía escucho con cariño las risas de las chicas y los amigos disfrutando la tarde a costillas del prójimo.
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