sábado, 25 de diciembre de 2010

Te doy un libro, me das tus palabras / 10

Sin dudar ni un segundo, María de los Reyes fusionó en un solo testimonio el día más feliz, el día más triste y la anécdota –testimonio que, más bien, consistía en una denuncia–, para llevarse una curiosa edición de la Biblia, conocida como La Biblia del Oso. Deseosa de llevarse otro título, volvió a su barrio para reclutar a algún conocido que se prestara a compartir una anécdota. Regresó una hora después, sola, y me rogó que le regalara otro ejemplar, que el testimonio me lo daría por teléfono, me lo mandaría por e-mail, volvería otro día y me lo traería escrito... Inclaudicable, le recordé:
–Las normas son las normas.
Me insistió durante diez minutos más. Quince. Veinte. Media hora. La paciencia me venció. Tanto, que permití que incluso se llevara La invención de lo humano, de Harold Bloom.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajajaja!!